Esta notita va dirigida para el monitoreador de redes sociales que este recibiendo sueldo con lo que pagamos de impuesto todos los chilenos. Seguramente terminará de leerla porque, después de todo, es su pega y para eso le pagan.
Quiero, monitoreador, saber algunas cosas y, como estás bien informado puede que despejes mis dudas:
1.- ¿Cuánto te pagan?
2.- ¿Recibes algún bono especial cuando detectas mucho descontento social?
3.- ¿Bono adicionales si tus datos sirven para procesar algún libertario?
4.- ¿Se creó el Ítem de "sapeo" en el presupuesto nacional?
5.- ¿Monitoreaste a quienes se opusieron a ese ítem?
6.- ¿Cómo explicas, cuando llegas a casa cansado, que hoy tu jefe te felicitó porque pudieron con tus datos atrapar mapuches revoltosos que pretendían tomar por asalto sus propias tierras?
7.- ¿Te cambió la vida desde ser simple sapo al transformarte en monitoreador? ¿Es mejor la paga?
8.- ¿Cuándo haces el amor con tu mujer te ves obligado a pensar en la muchacha rebelde que lanzaba piedras en cámara contra la represión?
9.- ¿Cuándo abrazas a tu hijo le explicas que lo haces porque hay otros hijos que no pueden ser abrazados ya que su padre está preso enfrentando un juicio allá por la zona de los mapuches?
10.- ¿Cuándo vas al baño, llevas tu maquinita de sapear para ganar tiempo?
Bueno si puedes responder estas preguntas o no, es cosa tuya, sólo quería decirte que no te preocupes, hubo otros antes como tú. El guatón Romo, la Flaca Alejandra, la Carola, el Fanta, y otros tantos. Ellos durmieron tranquilos hasta que los fantasmas les asaltaron por las noches y se les aparecieron los dignos infectándolos de dignidad, los valientes aumentándoles su cobardía, los honrados, los consecuentes y toda esa gama indeseable de conscientes para ti.
Me despido, no te pongo más en aprietos pero por las dudas, si quieres rastrear quien soy para decirle a la Enna, te ayudo: Mi nombre es Luis Fuentes, trabajo como profesor en Quilicura y si quieres saber en qué escuela, te será fácil averiguarlo. Así por lo menos estará justificado tu podrido sueldo con el que te tomas una cerveza en el bar de la esquina.